Dejan el campo de fútbol sin alumbrado nocturno tras otro robo de cables en Guadamur

Los amigos de lo ajeno han vuelto a campar por sus respetos en Guadamur. En esta ocasión, la localidad monteña ha sido víctima de un robo de cable eléctrico, apetecido por muchas bandas por hacerse con el cobre que contiene, que ha dejado inutilizada la iluminación nocturna de la instalación.

La alcaldesa, Sagrario Gutiérrez, señala que el robo se produjo precisamente en la noche de fin de año. Afortunadamante, los ladrones no pudieron llevarse los focos. Sin embargo, la falta de cableado hace que no usarse el campo de noche. Esto, precisamente, ha afectado al equipo de fútbol local, que tiene que entrenarse por la tarde al estar ocupado el campo por las mañanas por el C.D. Toledo. Por ello, los jugadores de Guadamur tienen que hacer sus entrenamientos en la vecina Polán.


La alcaldesa espera que el cableado pueda estar repuesto en un plazo de 15 días. Espera saber en esta semana el coste total que tendrá la reparación.

Uno de los ladrones pudo resultar herido.
Un detalle curioso que ha podido conocerse tras la revisión de la instalación saqueada por un electricista es que, presumiblemente, uno de los ladrones pudo resultar herido por una electrocución por arrancarse los cables sin desconectarlos de la corriente eléctrica. «Me ha dicho el electricista que alguno de los que estaba manipulando se debió llevar un buen ‘chispazo’» a la vista de los daños dejados al tocar «algo que no debían».

La alcaldesa señala que durante el año pasado, Guadamur sufrió otros tres robos del cableado público, concentrados todos en la zona de El Prado, donde se encuentra el campo de fútbol. Uno afectó a un cercano parque en primavera, mientras los siguientes se produjeron ya en verano y perjudicaron a un paseo y a un chiringuito cercano.

Gutiérrez exhortó a reforzar las leyes, sobre todo, para impedir que los grupos que roban cable para hacerse con cobre luego puedan venderlo impunemente.

Los daños son mayores que el valor del cobre robado.
Otro aspecto que la alcaldesa de Guadamur critica a la hora de señalar la poca respuesta legal a los robos de cobre es que la Justicia sólo tiene en cuenta en valor del metal sustraído. «Si se queda en 300 euros, se queda en un hurto», explica señalando la escasa pena en esos casos.
Aquí, la regidora recuerda que el daño va más allá de la pérdida del cable, ya que su reposición contando con profesionales que visen una instalación eléctrica suele ser más costosa que lo hayan pagado a los ladrones las chatarrerías dispuestas a sacar al mercado este material sacando pingües beneficios.

Así, recuerda que la reposición del cableado para la alumbrado público del parque de El Prado supuso un gasto de 9.000 euros, mientras la del paseo alcanzó los 6.000 euros.

A la alcaldesa le gustaría que el coste real de estas sustracciones de cable de cobre fuera tenido en cuenta por la ley a la hora de castigar a sus autores de un modo más acorde al daño causado al patrimonio público.  

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